Durante los últimos años, el mantenimiento de las piscinas ha cobrado una importancia especial debido al impacto del COVID-19. Aunque el virus no se transmite a través del agua tratada, sí es fundamental mantener una correcta desinfección y unas buenas prácticas de higiene en las instalaciones.

Medidas básicas recomendadas:

• Mantener los niveles de cloro o bromo dentro de los valores recomendados por sanidad (cloro libre: 1-3 ppm).
• Controlar el pH del agua (entre 7,2 y 7,6) para garantizar la eficacia del desinfectante.
• Limpiar y desinfectar regularmente las superficies de contacto (barandillas, duchas, escaleras, mobiliario).
• Garantizar una buena ventilación en espacios cerrados, especialmente en piscinas cubiertas.
• Promover duchas antes y después del baño.

En resumen, un buen mantenimiento no solo mejora la calidad del agua, sino que también contribuye a la salud y seguridad de todos los usuarios.
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